miércoles, 17 de marzo de 2010

SEGUIMOS CON LA DEMÓSTENA

Dicen que cuando acudió al entierro de Miguel Delibes se le acercó un periodista para recabar su opinión sobre el finado y a la susodicha no se ocurrió otro juicio crítico literario:
"Pues el presidente Zapatero lo tiene como libro de cabecera"
Joer, tíos, ¡que profundidad!
No se disguste, Don Miguel, que usted no tiene la culpa ni de la una ni del otro.

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